Un
hombre barre el interior de la Iglesia de
Santa Ana en Port-au-Prince, dañada por el terremoto y que utiliza como
vivienda. Dieu Nalio Chery
Esta semana los
haitianos conmemoraron en un multitudinario sepelio a las víctimas del
terremoto que devastó al país el 12 de
enero de 2010, y que se llevó la vida de un cuarto de millón de personas,
reduciendo a escombros decenas de miles de hogares. Tres años después más de
350.000 personas siguen malviviendo en campamentos temporales, con pocas
perspectivas de alivio para la mayoría: solo se han construido seis mil
viviendas. A pesar de que la comunidad internacional se volcó en su
reconstrucción, hay dudas sobre el paradero y destino de las ayudas. Según estima
la ONU más del 40 % del terreno cultivable está inservible. Pero si las ayudas
dejan de llegar, los haitianos tendrán otro año complicado.
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