viernes, 19 de abril de 2013

Plutonium, la puerta al inframundo





Esta reconstrucción digital del plutonio muestra todo el sitio. Los peregrinos observaban los ritos sagrados en las escaleras, tomaban el agua termal en la piscina, no dormían demasiado lejos de la cueva y recibían visiones y profecías, en una especie de oráculo de Delfos, por el efecto alucinógeno de los gases.




 Si en la cima del monte Olimpo se podía llegar a la casa de los dioses, ¿dónde estaba la entrada al inframundo? Por las pruebas encontradas, arqueólogos italianos dirigidos por Francesco D'Andria, de la Universidad de Salento, han descubierto en la antigua ciudad frigia de Hierápolis (junto al actual Pamukkale, en el suroeste de Turquía) una cueva que podría corresponder con  la "puerta de Plutón, considerada como el portal al inframundo en la mitología y en la tradición greco-romana.  "Encontramos la 'puerta de Plutón' al reconstruir la ruta de un manantial termal. De hecho, los manantiales de Pamukkale, que producen las famosas terrazas blancas de travertino  se originan en esta cueva".






Una dedicación a las deidades del inframundo -Plutón y Kore- grabada encima de la entrada confirmó la identificación del sitio.





Los arqueólogos encontraron los restos de un templo, una piscina y una serie de escalones puestos encima de la cueva.




 El geógrafo griego Estrabón en el siglo I a.C. escribió que la entrada al inframundo estaba rodeada de vapores letales, de forma que cualquier animal que pasara a su interior encontraba una muerte instantánea. Las numerosas ruinas formaban un gran complejo ceremonial. Entre ellas, se encontraron los restos de un templo, una piscina y una serie de escalones. En el ritual los sacerdotes vendían a los visitantes pequeñas aves y otros animales para que observaran los efectos mortales de la cueva, mientras que ellos sacrificaban toros a Plutón. Para demostrar su inmunidad, los sacerdotes se arrastraban por el suelo llevando bolsas que  les ayudaban a no respirar el gas o conteniendo la respiración. La gente creía en un milagro gracias a la protección divina.





 

"Pudimos ver las propiedades letales de la cueva durante la excavación. Varias aves murieron cuando trataban de acercarse a la apertura caliente, muriendo instantáneamente por los gases de dióxido de carbono ".





"La gente podía ver los ritos sagrados desde estos escalones, pero no podía acceder a la zona cercana a la entrada. Sólo los sacerdotes podían estar delante de la puerta".




 Hierápolis se convirtió en un centro de curación. Las aguas termales se utilizaron como balneario desde el siglo segundo antes de Cristo, y la gente venía a calmar sus dolencias, y muchos de ellos se retiraban a morir aquí. El santuario estuvo en funcionamiento hasta el siglo IV d. C. Durante el siglo VI, el plutonio fue destruido por los cristianos. Luego, los terremotos completaron la destrucción.






Los tres arcos de la puerta de Domiciano, mandada construir por el procónsul Frontinus, la entrada monumental de la ciudad, de la cual parte la principal vía de Hierápolis. Por sus restos arqueológicos la Unesco en el año 1998,  junto con Pamukkale, la declaró PatrimonioMundial de la Humanidad. Foto de Alessandro Gandolfi













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