Esta
reconstrucción digital del plutonio muestra todo el sitio. Los peregrinos
observaban los ritos sagrados en las escaleras, tomaban el agua termal en la
piscina, no dormían demasiado lejos de la cueva y recibían visiones y
profecías, en una especie de oráculo de Delfos, por el efecto alucinógeno de
los gases.
Si en la
cima del monte Olimpo se podía llegar a la casa de los dioses, ¿dónde estaba la
entrada al inframundo? Por las pruebas encontradas, arqueólogos italianos
dirigidos por Francesco D'Andria, de la Universidad de Salento, han descubierto
en la antigua ciudad frigia de Hierápolis (junto al actual Pamukkale, en el
suroeste de Turquía) una cueva que podría corresponder con la "puerta de Plutón, considerada
como el portal al inframundo en la mitología y en la tradición greco-romana. "Encontramos
la 'puerta de Plutón' al reconstruir la ruta de un manantial termal. De hecho,
los manantiales de Pamukkale, que producen las famosas terrazas blancas de
travertino se originan en esta cueva".
Una dedicación a
las deidades del inframundo -Plutón y Kore- grabada encima de la entrada
confirmó la identificación del sitio.
Los arqueólogos
encontraron los restos de un templo, una piscina y una serie de escalones
puestos encima de la cueva.
El geógrafo
griego Estrabón en el siglo I a.C. escribió que la entrada al inframundo estaba
rodeada de vapores letales, de forma que cualquier animal que pasara a su
interior encontraba una muerte instantánea. Las numerosas ruinas formaban un
gran complejo ceremonial. Entre ellas, se encontraron los restos de un templo,
una piscina y una serie de escalones. En el ritual los sacerdotes vendían a los
visitantes pequeñas aves y otros animales para que observaran los efectos
mortales de la cueva, mientras que ellos sacrificaban toros a Plutón. Para
demostrar su inmunidad, los sacerdotes se arrastraban por el suelo llevando
bolsas que les ayudaban a no respirar el
gas o conteniendo la respiración. La gente creía en un milagro gracias a la
protección divina.
"Pudimos
ver las propiedades letales de la cueva durante la excavación. Varias aves
murieron cuando trataban de acercarse a la apertura caliente, muriendo instantáneamente
por los gases de dióxido de carbono ".
"La gente
podía ver los ritos sagrados desde estos escalones, pero no podía acceder a la
zona cercana a la entrada. Sólo los sacerdotes podían estar delante de la
puerta".
Hierápolis se
convirtió en un centro de curación. Las aguas termales se utilizaron como
balneario desde el siglo segundo antes de Cristo, y la gente venía a calmar sus
dolencias, y muchos de ellos se retiraban a morir aquí. El santuario estuvo en
funcionamiento hasta el siglo IV d. C. Durante el siglo VI, el plutonio fue destruido
por los cristianos. Luego, los terremotos completaron la destrucción.
Los tres arcos
de la puerta de Domiciano, mandada construir por el procónsul Frontinus, la
entrada monumental de la ciudad, de la cual parte la principal vía de
Hierápolis. Por sus restos arqueológicos la Unesco en el año 1998, junto con Pamukkale, la declaró PatrimonioMundial de la Humanidad. Foto de Alessandro Gandolfi
Fuentes: Discovery News, National Geographic
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