Este óleo sobre tabla, obra
cumbre del arte francés del siglo XV, llega como préstamo al museo del Prado,
hasta el 25 de mayo, del Real Museo de Bellas Artes de Amberes. Jean Fouquet
evidencia la forma singular con que tradujo en imágenes las distintas
influencias que contribuyeron a la gestación de su arte.
Étienne Chevalier, tesorero de los reyes de Francia Carlos VII y Luis XI, encargó a
Jean Fouquet un díptico que permaneció en la iglesia colegial de Nôtre Dame de Melun hasta que a finales del siglo XVIII, en 1775, fue dividido. El panel
izquierdo, perteneciente a la Gemäldegalerie de Berlín, muestra a Étienne
Chevalier arrodillado, acompañado por su santo patrón san Esteban, mientras que
el panel derecho, propiedad del Real Museo de Bellas Artes de Amberes, representa
a la Virgen de una manera sorprendentemente original en el contexto de la
pintura francesa de la época.
María, con su
piel blanca como el marfil, encarna el ideal de belleza de la época, casi sin
cejas, con el nacimiento del cabello muy hacia atrás y unos rasgos, que según
la tradición, serían los de Agnes Sorel, la amante del rey Carlos VII -la
primera amante real reconocida de forma oficial, poseedora de una gran belleza-,
y de la que Etienne Chevalier fue testamentario cuando murió envenenada con
mercurio.
El panel izquierdo del díptico
de Melun representa a Étienne Chevalier
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