Robert Doisneau
Microcopia es un museo dedicado al mundo invisible
formado por los microorganismos que viven en el cuerpo humano, pero también
fuera de él. A pesar de ser invisibles, se encuentran entre las formas de vida
más exitosas en la Tierra. Micropia hace que el mundo de los microorganismos sea
accesibles al público en general. Esto ha servido de base para crear una
especie de besómetro, que
permitirá a las personas descubrir cuántos y qué tipo de microbios intercambian
durante un beso íntimo. La boca es el hogar de 700 tipos diferentes de
bacterias.
Alfred Wertheimer
El microbiólogo Remco
Kort, responsable científico del museo, investigó hasta qué punto muchas bacterias se intercambian por la gente
cuando se besan. Los besos con lengua e intercambio de saliva son un gran
ejemplo de la exposición a un número gigantesco de bacterias en un corto
tiempo. Tanto como 80 millones en un período de tan sólo 10 segundos. Medir
la similitud de la microbiota oral -esta
es de las biotas más complejas y heterogéneas en el cuerpo- fue la razón para
su investigación que se ha publicado en la
revista Microbiome.
Victor Jorgensen
Se llegó a la
conclusión de que las muestras de la flora oral de las lenguas de las parejas que
se besan eran mucho más similares que las muestras de las personas elegidas al
azar. La forma de besar parecía no tener mucho efecto en este sentido: el
beso íntimo no condujo a un aumento en la similitud de los microorganismos en
las lenguas de las parejas.
Steve McCurry
"No importaba si las parejas se besaban a
lo francés nueve veces al día o nueve veces al año. Obviamente, hay otros
factores importantes que intervienen, tales como compartir la misma dieta o el
uso de la misma pasta de dientes, por ejemplo. Un claro efecto fue, sin
embargo, evidente: Las personas que se besan más a menudo, tienen parecidas
colecciones de bacterias en su saliva. Las parejas intercambian en los besos
íntimos una media de 80 millones de bacterias durante un período de 10 segundos", dijo Remco Kort.
El microbiólogo Remco
Kort, junto al cartel
que da la bienvenida al museo. Microcopia
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