En 1868 comenzó
en Japón la Restauración Meiji, un acontecimiento histórico que barrió todas las viejas estructuras
de poder en Japón y provocó la caída del régimen feudal liderado por el shogunato Tokugawa, en el que los
guerreros samuráis eran los
encargados de mantener la paz del país. El nuevo emperador Meiji, cuyo
propósito era modernizar Japón y convertirlo en una potencia mundial, abolió
los privilegios de los samuráis.
Descontentos con
este nuevo giro de los acontecimientos, los samuráis de Satsuma, una vez más se rebelaron en 1877, pero esta
vez para ser vencidos por el poderoso armamento de un ejército japonés moderno formado
por el campesinado. Después de más de ocho siglos de liderazgo militar, la
clase samurái fue oficialmente abolida. La pérdida de privilegios y la modernización de la sociedad japonesa provocaron su práctica
desaparición.
Felice Beato (1832-1909) fue uno de los mejores
fotógrafos de viajes profesionales del siglo XIX y también uno de los primeros en
captar imágenes en el Extremo Oriente. Vivió y trabajó en Japón desde 1862
hasta alrededor de 1885, y se dedicó a documentar todos los aspectos del país (retratos
de estudio, paisajes y escenas de la vida cotidiana), que empezaba a abrirse a
Occidente.
En octubre de
1866, en un incendio que destruyó gran parte de Yokohama, Beato perdió su
estudio y sus negativos; pasó los dos años siguientes trabajando para
poder reemplazar las pérdidas. Su trabajo tuvo un impacto significativo en la
fotografía de la época, y su influencia en Japón, donde trabajó con
numerosos fotógrafos y artistas. La mayoría de sus retratos son coloreados a
mano, una práctica que introdujo en Japón. Esta fotogalería es un
homenaje a aquellos guerreros
tradicionales, los últimos samuráis.
Fuentes: El Confidencial, Cvlt Nation Store, Hearst Museum
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