martes, 2 de junio de 2015

El jardín de la almendra




















La fotógrafa Gabriela Maj en su libro titulado Almond Garden, investiga las cárceles de mujeres en Afganistán a través de fotografías y entrevistas recogidas entre 2010-2014 de más de un centenar de mujeres encarceladas por "crímenes contra la moral" -un término aplicado a cualquier violación de la ley islámica, la sharia-. Mujeres acusadas de huir de matrimonios forzados donde sufrieron  abusos y vivieron en condiciones de esclavitud doméstica; en otros casos, culpables de tener relaciones sexuales antes o fuera del matrimonio (en la ley islámica, es el delito de "zina"), o bien se trata de mujeres que han sido violadas o forzadas a ejercer la prostitución. Sin  embargo, los autores de esta violencia permanecen libres y sus víctimas son condenadas, a veces embarazadas, con pocas esperanzas de un futuro para ellas y sus hijos. Aunque muchas de ellas sufren de problemas de salud mental como la depresión, la ansiedad y el trastorno de estrés postraumático, las prisiones no ofrecen ayuda psicológica.




















Según el Observatorio de Derechos Humanos el 95 por ciento de las niñas y el 50 por ciento de las mujeres encarceladas en las prisiones de Afganistán ha cometido "crímenes contra la moral ". Debido a la presión internacional, Afganistán ha tomado medidas  para abordar la violencia contra las mujeres; sin embargo, apenas se han aplicado, tienen poco impacto y están muy contestadas. Uno de los aspectos más difíciles es el hecho de que, tras su liberación, sin la protección de sus familiares que las despreció por haber traído la "vergüenza" a sus hogares y comunidades, a menudo están en un grave peligro de ser asesinadas, a menos que sean capaces de buscar refugio en un albergue para mujeres o se trasladen a las grandes ciudades

























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