"Lo más extraño de este
insecto es que la cabeza se parecía tanto a la forma en la que los extraterrestres
son retratados a menudo", dijo Poinar. "Con su cuello largo,
ojos grandes y la extraña cabeza oblonga, pensé que se parecía a ET".
Investigadores
de la Universidad Estatal de Oregón (EE. UU.) han descubierto un insecto
de cien millones de años preservado en ámbar con una cabeza triangular y
características tan inusuales que no han dudado en colocarlo en su propio
orden científico. Hay alrededor de un millón de especies de insectos descritas
y millones más aún por descubrir, pero todas las especies de insectos de la
Tierra pertenecen a solo 31 órdenes existentes. Ahora hay una más.
Los resultados
han sido publicados en la revista Cretaceous Research y describe
a este pequeño insecto hembra sin alas que probablemente vivió en las fisuras
de la corteza de los árboles, en busca de ácaros, gusanos u hongos para
alimentarse. Según George Poinar, Jr.,
profesor emérito de entomología en el College of Science de la universidad, lo
más inusual sea una cabeza triangular con los ojos saltones, con el vértice del
triángulo rectángulo situado en la base del cuello. Esto es diferente de
cualquier otro insecto conocido, y habría dado a esta especie la capacidad de
ver casi 180 grados girando su cabeza hacia un lado.
También tenía glándulas en el
cuello que segregaban, probablemente,
un producto químico para repeler a los
depredadores.
El insecto ha sido asignado a la orden Aethiocarenodea de nueva creación, y la especie ha sido nombrada Aethiocarenus burmanicus, en referencia a las minas del valle de Hukawng de Myanmar, la antigua Birmania, donde fue encontrado. Solo se han encontrado dos ejemplares conservados en ámbar. El orden más grande de insectos, en comparación, es Coleoptera, los escarabajos, con cientos de miles de especies conocidas.
El insecto, probablemente un omnívoro,
también tenía un cuerpo largo, estrecho, plano y las patas largas y delgadas.
Podría haberse movido rápidamente y, literalmente, ver detrás de sí mismo.
Fuente: Phys
Fotos: George Poinar, Jr / Universidad
Estatal de Oregón
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