lunes, 12 de noviembre de 2018

Aung San Suu Kyi, despojada del más alto honor de Amnistía por "traición vergonzosa".




Athit Perawongmetha



Amnistía Internacional ha anunciado hoy que ha retirado su máxima distinción, el Premio Embajadora de Conciencia, a Aung San Suu Kyi, ante la vergonzosa traición de la lideresa de Myanmar a los valores que antaño defendió. “Esperábamos que, como Embajadora de Conciencia de Amnistía Internacional, continuaría usando su autoridad moral para denunciar la injusticia dondequiera que la encontrase, incluso dentro del propio Myanmar”, escribió Kumi Naidoo, secretario general de Amnistía Internaciona. “Hoy, nos sentimos enormemente consternados porque ha dejado de ser un símbolo de esperanza, valentía y defensa imperecedera de los derechos humanos. Amnistía Internacional no puede justificar que continúe siendo receptora del Premio Embajadora de Conciencia, por lo que, con gran tristeza, por la presente se lo retiramos”.

Aunque el gobierno civil no tiene control sobre las fuerzas armadas, Amnistía Internacional ha criticado en reiteradas ocasiones el hecho de que Aung San Suu Kyi y su gobierno no denunciaran las atrocidades de las fuerzas armadas contra la población rohinyá en el estado de Rajine, que lleva años viviendo bajo un sistema de segregación y discriminación equivalente al apartheid. Durante la campaña de violencia desatada contra la población rohinyá el año pasado, las fuerzas de seguridad de Myanmar mataron a miles de personas, violaron a mujeres y niñas, detuvieron y torturaron a hombres y niños, y redujeron a cenizas cientos de viviendas y pueblos. Más de 720.000 rohinyás huyeron a Bangladés. Un informe de la ONU ha pedido que se investigue a oficiales militares de alta graduación y se los enjuicie por el crimen de genocidio.


Aung San Suu Kyi fue nombrada Embajadora de Conciencia de Amnistía Internacional en 2009, en reconocimiento de su lucha pacífica y no violenta por la democracia y los derechos humanos. En aquel momento estaba bajo arresto domiciliario, y salió finalmente en libertad hoy hace exactamente ocho años. Cuando por fin pudo aceptar el premio, en 2013, Aung San Suu Kyi pidió a Amnistía Internacional: “no aparten sus ojos ni su mente de nosotros y ayúdennos a ser el país donde se fusionan la esperanza y la historia”. 

“Amnistía Internacional se tomó muy en serio la petición que hizo ese día Aung San Suu Kyi, razón por la que nunca apartamos la mirada de las violaciones de derechos humanos en Myanmar”, dijo Kumi Naidoo.






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